miércoles, 4 de enero de 2012

Hablemos de cuentos folklóricos...


En esta entrada centrada en la teoría del Bloque 2 (Textos folklóricos, selección y adaptación) voy a hablar de la historia y origen de los cuentos populares, de sus características, de los tipos de adaptaciones que se pueden hacer en un cuento folklórico y de algunos adaptadores y recopiladores españoles.
Lo primero que hay que saber cuando hablamos de cuentos folklóricos es qué son los cuentos folklóricos; el folklore se refiere a la expresión de la cultura de un pueblo, ya sea a través de costumbres, bailes, artesanía, leyendas, música,… y cuentos. Por lo tanto, los cuentos folklóricos pueden entenderse como historias tradicionales (contadas oralmente) que se transmiten de generación en generación y de las que pueden existir diferentes versiones.
Profundizando un poco más en los datos que acabo de citar, es importante saber que estas narraciones partieron de la impresión que tuvo el hombre primitivo al enfrentarse ante la naturaleza y los animales. El cuento tradicional o popular se remonta a épocas y pueblos primitivos. En esas épocas, eran muy pocas las personas que sabía leer y escribir, sólo los reyes y los más ricos, pero las gentes humildes carecían de estos conocimientos. Al no existir la electricidad, la gente no podía ver la televisión ni oír la radio, y cuando se hacía de noche no tenían ninguna ocupación, por lo que dedicaban estos ratos a contar historias inventadas, cotilleos, historias que contaban personas que llegaban de otros lugares, etc.
Estas historias no estaban dedicadas a los niños, no estaban diseñadas únicamente para ellos. Eran historias que se contaban en el núcleo familiar, entre vecinos, amigos, etc., y que tenían como objetivo entretener y divertir a las personas.
Por lo tanto, los niños escuchaban historias de todo tipo que en su mayoría no eran adecuadas para su edad; hablo de historias adúlteras, de historias violentas, de historias que hablan de muertes, etc.
Había algunas historias que si eran infantiles, aunque por lo general también se podían sacar de ellas enseñanzas para toda la familia. En este tipo de historias todos los personajes son animales, son cuentos de animales.
Es importante saber diferenciar los cuentos de animales de las fábulas, ya que éstas últimas representan vicios y virtudes de seres humanos en cuerpos de animales. A pesar de estar protagonizadas, a primera vista, por animales, las fábulas expresan aspectos humanos que pueden ser mejores o peores, por lo que no están destinadas, en su mayoría, hacía el público infantil.
Además de los cuentos de animales y de las fábulas, también podemos encontrar mitos. Los mitos son cuentos folklóricos de carácter religioso que se refieren a acontecimientos prodigiosos protagonizados por seres sobrenaturales como dioses, héroes, etc.
Hasta ahora hemos hablado del folklore, de algunos tipos de historias folklóricas, y de una breve historia del origen de la transmisión de los cuentos folklóricos, pero para que más adelante sepamos seleccionar y adaptar un cuento folklórico, es necesario que sepamos identificarlos.
Los cuentos folklóricos, y el folklore en general, tienen unas características determinadas que no comparten con los cuentos literarios.
Una de las características principales de estas historias es que son anónimas, ya que han salido del pueblo, han sido creadas por el pueblo y transmitidas por el mismo. Esta característica va de la mano de otro aspecto significativo de las historias folklóricas, ya que al ser creadas por el pueblo, no son de carácter culto en sus orígenes, aunque al ser recopiladas, los adaptadores suelen convertirlas en historias de vocabulario culto. Otro aspecto relacionado con este carácter anónimo es que, generalmente, las historias folklóricas expresan deseos y sueños que las personas jamás llegaran a conseguir.
Han de ser transmitidas oralmente, de boca en boca. Los cuentos folklóricos que conocemos, a pesar de estar escritos en libros, son meras recopilaciones de historias muy antiguas que adaptaron diferentes folkloristas después de haber sido transmitidas oralmente durante mucho tiempo.
Como ya he comentado antes, estas son historias que no tienen por qué ser infantiles y que en su mayoría no lo son, y ésta es otra característica. Se trata de cuentos de familia.
Podemos considerar como otra característica la estructura que presentan estos cuentos folklóricos, ya que varios aspectos se repiten en todos ellos. Para  mostrarlo, me voy a basar un uno de los análisis que realizó Vladimir Propp, un erudito ruso que dedico una gran parte de sus estudios a los cuentos tradicionales. Leyó y comparó muchos cuentos folklóricos y el resultado de esto fue un libro llamado “Morfología del cuento”, en el que explicó  las características comunes a todos ellos.










Otra característica de estos relatos es que cuentan con diferentes versiones o adaptaciones; las versiones suceden cuando, con el paso del tiempo, algunos aspectos de las historias han cambiado ya sea porque en cada sitio una misma historia se ha contado de una forma diferentes o simplemente porque se adopta una interpretación diferente de un tema.
Las versiones no son tan intencionadas como las adaptaciones, ya que estas últimas se encargan de ajustar las historias tradicionales a un público distinto al que iban dirigidas y pueden difundirse a través de una forma diferente a la original.
De esta manera, podemos encontrar distintos tipos de adaptaciones:

·         Mini Adaptaciones: en estas adaptaciones se modifican únicamente algunas palabras de la versión original.
·         Adaptaciones de cambio de lenguaje: este tipo de adaptación se hace siempre, consciente o inconscientemente, que se produce la narración de un cuento o historia.
·         Adaptaciones de cambio de contenido: el contenido de una versión original puede no ser adecuado para el público al que queremos dirigir la narración. Hay que tener en cuenta la edad y lo que queremos transmitir con una determinada lectura, y a partir de ahí adaptar el contenido de un texto.
·         Adaptar la longitud del cuento: en muchos relatos, cierta información es irrelevante y, si lo creemos conveniente, podemos omitirla. Otros relatos son demasiados largos para determinadas edades, por lo que hay que seleccionar los aspectos que queremos transmitir y omitir la información que no nos interesa.
·         Adaptar aspectos humorísticos: es conveniente que remarquemos momentos exagerando el humor (esta adaptación también la podemos hacer con el dramatismo, la sensibilidad, o el valor que queramos que llegue a los niños).
·         Adaptar a otro medio: es decir, adaptar obras literarias al cine o al teatro, etc.



Hay personas que han dedicado gran parte de su tiempo en adaptar historias folklóricas en cuentos muy famosos que se conocen en todo el mundo. A estas personas se les llama adaptadores, y algunos de los más famosos son Hans Christian Andersen, Charles Perrault y los hermanos Grimm.


El primer gran recopilador del que podemos hablar es Charles Perrault. Perrault pertenece al    S VIII, y por aquellos siglos en Francia reinaba Luis XVI, al cual le encantaba que la gente le entretuviera con cualquier tipo de manifestación artística; unos le entretenían con bailes, canciones, cuentos, etc.

Charles Perrault, viendo como la señora que atendía a sus hijos les contaba cuentos para dormir, se interesó en estos tipos de cuentos desde una perspectiva moralizante y así inició un viaje en busca de cuentos para recopilarlos hasta lograr que los leyeran o los contaran en la corte para moralizar a los jóvenes.
Perrault es conocido sobre todo por haber realizado adaptaciones de cuentos clásicos infantiles como “Caperucita Roja” y “El gato con botas”, y por, al final de cada relato, incluir una moraleja referente al contenido de cada historia. Normalmente esta moraleja se basaba en las costumbres de una época en el que la mayoría estaba inconforme con su situación y, para dar esperanzas a la gente, por lo regular incluía finales felices en sus escritos.


Los hermanos Grimm nacieron en Alemania en 1785 y 1786. A nivel popular destacaron por sus relatos. Adaptaban las leyendas, el folklore y las historias de tradición y transmisión oral. "Sagas Alemanas" y "Cuentos Infantiles y Del Hogar" son sus títulos más importantes que incluían cuentos como "Caperucita Roja", "La Cenicienta", "El Sastrecillo Valiente" o "Hansel y Gretel".


Hans Christian Andersen es posterior a los hermanos Grimm. Nació en Dinamarca el 2 de Abril de 1805, y era un escritor y poeta famoso por sus cuentos para niños. Algunas de las obras más conocidas escritas por él son “La Sirenita” y “El Patito Feo”, que más tarde han sufrido algunas adaptaciones dependiendo del público al que iban dirigidos y lo que se quería transmitir de cada cuento.



En cuanto a los recopiladores españoles, podemos destacar tres nombres:

-          Saturnino Calleja: fue un gran transmisor de literatura folklórica por escrito, autor de libros de Educación Primaria y de lecturas infantiles, editor, pedagogo y escritor español.
-          Padre Coloma: sus adaptaciones tenían una intencionalidad moralizantes dentro del concepto religioso, por lo tanto, al no tratarse puramente de literatura, estamos hablando de adaptaciones paraliterarias.
-          Fernán Caballero: seudónimo de la novelista española Cecilia Böhl de Faber, nacida en Morges, Suiza, y educada en Alemania. Se trasladó a España alrededor de 1813 y pasó el resto de su vida en Andalucía, donde están ambientadas todas sus obras.



Por último, creo que es necesario que destaque que, a lo largo del tiempo, se puede observar como por diferentes culturas, adaptaciones, etc., los cuentos folclóricos han ido evolucionando, cambiando así personajes masculinos por los femeninos, cambiando nombres, etc. Esto se puede observar muy bien con las adaptaciones de Armand Berquin y Madame Leprince, los cuales destacan como autores de cuentos folclóricos con libros como “El lobo blanco” (Armand Berquin) que se puede comparar con “Cupido y Psyque”.

Posteriormente aparece  Madame Leprince, la cual se sintió conmovida con “El lobo blanco” y decide incluir en “El almacén de los niños” una evolución del cuento, similar a la de Armand Berquin.  Por lo tanto, dentro de “El almacén de los niños” podemos encontrar “La bella y la bestia”, conocida actualmente por la gran variedad de adaptaciones que se han hecho de ella, siendo la primera en utilizar este nombre.

Con ambos autores se puede observar con claridad la diferencia que existe entre la versión de un hombre y una mujer sobre la misma historia, siendo más cruel la versión del hombre.

1 comentario:

  1. Bien. No has anotado las fuentes y apenas has completado o recreado tú lo que vimos en clase.

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